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¿Por qué debemos reducir nuestro consumo de plásticos de un solo uso?
Los plásticos son un grupo de materiales, en su mayor parte elaborados a partir de derivados del petróleo, que por sus propiedades como la resistencia a la corrosión, la moldeabilidad, la facilidad de su fabricación y los bajos costos de producción, han reemplazado a diversos materiales de uso tradicional como metal, vidrio, madera, cerámica, fibras vegetales, papel o piel. La utilidad de los plásticos es innegable, pero representan un problema para el planeta ya que no son biodegradables, es decir, una vez que los desechamos, la naturaleza no es capaz de descomponerlos en alimento para las plantas u otros organismos y quedan indefinidamente en el ambiente.
Muchos objetos de plástico, como bolsas del supermercado, tapa-roscas de botellas, o cepillos de dientes son confundidos como alimento por tortugas, aves, ballenas, vacas, perros y muchos otros animales. Se estima que en la actualidad el 90% de las aves marinas tienen plásticos en su tracto digestivo y que cada año mueren al menos 50 mil focas del Mar del Norte enredadas en bandas de empaque y otros objetos plásticos. Además, muchos otros animales son atrapados por objetos de plástico como los empaques de los “six pack” de refrescos y cervezas, o las redes en que se empacan algunas frutas.
En el 2013 en el mundo se produjeron 299 millones de toneladas de plástico en el planeta, y entre el 15 y el 40% del plástico que se tira anualmente acaba en el océano. Con el paso del tiempo, los plásticos se fragmentan por la luz ultravioleta del sol, la acción mecánica del agua y el viento, y por la degradación química de sus componentes o por el efecto de sustancias en el ambiente. Una parte de este plástico entra a las redes alimenticias con lo que las sustancias químicas que los componen o que fueron absorbidas por los mismos después de su fabricación, como los bifenilos ploriclorados (PCBs), éteres difenílicos polibromados (PDBEs), pesticidas organoclorados o retardantes de flama, pasan a los tejidos de los peces y otros animales que consumimos, con lo que eventualmente llegan a nosotros.
El unicel y el policarbonato contienen aditivos, como ftalatos y bisfenol A (BPA), que son agregados durante la elaboración de estos y otros plásticos que se usan para contener alimentos, se disuelven en la comida, con lo que estas sustancias pasan a nuestro organismo pudiendo generar problemas de salud como alteraciones hormonales, alteraciones en la reproducción y el desarrollo, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares.
Entre el 22 y 43 % de la producción mundial de plásticos acaba en los basureros, ocupando un gran volumen y desperdiciando los recursos no renovables con los que fueron elaborados. En México se producen 3 millones 800 mil toneladas de basura plástica al año, de las que el 64% acaba en tiraderos o en el ambiente.
Aunque el reciclaje es importante para reducir el uso de petróleo y energía que utiliza la elaboración de plásticos, una vez que el plástico ha sido creado, a menos que se incinere permanecerá en el planeta de decenas a cientos de años. Un problema grave es que solo se recicla el 15%, y de algunos plásticos como el unicel, menos del 1% . Una de las razones por las que no se recicla más plástico es por qué solamente son dos los tipos de plástico fácilmente reciclables el PET (tipo 1 en el símbolo de reciclaje de los productos) de las botellas de agua, refresco y fibras textiles, y el HDPE (tipo 2) de envases de productos de limpieza y cuidado personal y tuberías de agua. Los plásticos con los números 3, 5, 6 y 7 prácticamente no se reciclan por la dificultad que implica o por el reducido valor del mismo que hace su reciclaje no rentable, aunque existen algunas plantas de reciclaje para LDPE (tipo 4) como las bolsas de plástico y el PS (tipo 6) poliestireno o unicel. Por esta razón es mejor rechazar y reducir el uso, que confiar en que se va a reciclar, pero una vez que lo hemos usado, estamos obligados a procurar que se recicle a través de una disposición adecuada, no tirándolo a la basura.
“En México se producen 3 millones 800 mil toneladas de basura plástica al año, de las que el 64% acaba en tiraderos o en el ambiente”
El uso de muchos plásticos es irremplazable a gran escala, como en prótesis, componentes de los aparatos electrónicos o las suelas del calzado, pero no existe justificación para el uso de productos cuya vida útil serán unos minutos, como vasos o cubiertos desechables y las bolsas del supermercado, para los cuales existen muchas opciones reutilizables o biodegradables. Ciudades como Nueva York, Washington D.C. o Chicago, o estados enteros como California están prohibiendo el uso de unicel, mientras en Francia se espera eliminar el uso de plásticos de un solo uso para el año 2020.
Es poco probable que la mayor parte de los gobiernos prohíban o restrinjan los plásticos de un solo uso por la presión de la industria de los plásticos, y es cierto que esta industria crea empleos y genera impuestos que contribuyen a la economía de los países, sin embargo, el costo ambiental y para la salud de los plásticos no tiene precio, por lo que somos los consumidores, quienes cambiando nuestros hábitos para reducir nuestra dependencia de los plásticos, podemos reducir la producción y el desecho de plásticos.
¿Cómo reducir mi consumo de plásticos?
Si eres el consumidor final:
-Lleva siempre contigo: bolsas reusables para tus compras, una botella lavable para agua, un juego de cubiertos lavables.
– Usa bolsas reutilizables para tus compras y rechaza las bolsas de plástico aunque te las den.
– Pide tu bebida sin popote.
– Rechaza platos, vasos o cubiertos de plástico al pedir comida rápida, prefiere una servilleta, papel encerado, platos o vasos de cartón, papel aluminio o busca otro sitio para comer donde no te sirvan en untensilios desechables.
– Prefiere productos cuya envoltura sea biodegradable.
Si eres un comerciante:
– Busca opciones compostables o biodegradables para entregar tus productos, como papel, cartón, papel encerado, bambú, madera, o papel aluminio.
– No des bolsas si el cliente no te las pide, y utiliza de papel o biodegradables.
-No ofrezcas popotes y si tus clientes te los piden, dales de papel encerado.
– Pon información sobre los plásticos a la vista de tus clientes para que se enteren que tu negocio está preocupado por el cuidado del ambiente y su salud.
Si eres un productor de alimentos:
En el pasado, la mayor parte de los productos alimenticios que consumimos en la actualidad se vendían en empaques de vidrio o metal que son reciclables indefinidamente sin los problemas que acarrea el plástico, o biodegradables. Trata de rescatar aquellos empaques tradicionales y usa ese esfuerzo como parte de tu estrategia de venta y para educar al público sobre la importancia de cuidar al ambiente.